tag:blogger.com,1999:blog-4819479700574324743.post1583382201180126815..comments2023-09-10T17:27:06.948+02:00Comments on El patio de Monipodio: Sin permisoEloy Garavíshttp://www.blogger.com/profile/15830562938373490721noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-4819479700574324743.post-25697938155268762542008-04-16T21:13:00.000+02:002008-04-16T21:13:00.000+02:00Hola.Aquí va una reflexión y una anécdota -para cu...Hola.<BR/><BR/>Aquí va una reflexión y una anécdota -para cuando hagamos el programa- que vienen más o menos al caso de la redacción del artículo primero de la Constitución de nuestra Segunda Republica Española. <BR/>Pues que no me acaba de convencer eso de “república democrática de trabajadores”. Me refiero a lo de “trabajadores”. No estoy de acuerdo con el trabajo tal como se entiende hoy en día, y recomiendo leer “El derecho a la pereza” de un señor que era yerno de Marx y que no sólo enmendó la plana a su suegro sino que tenía más razón que un santo. Así que hace 77 años nuestros difuntos próceres, aunque progresistas, ya eran bastante gilipollas, pero nosotros ahora lo somos aún más. Y como muestra esta anécdota: pues resulta que ayer estaba yo en mi clase de alemán y va la lectora y nos pide que digamos cómo nos imaginamos el futuro. Y yo, como sé por experiencia previa que la peña de mi clase es bastante pureta y bienpensante, y para no ser otra vez la puta ceniza incendiaria, pues decido ponerme positiva y digo que me imagino que en el futuro no tendremos que trabajar. ¡Amigo!, la que se armó. Pues que allí todo el mundo quería trabajar a toda costa -menos la lectora, aunque luego dijo que también-, porque no se podían imaginar la vida sin trabajar, que sino a ver qué íbamos a hacer, y que si eso iba a ser la hecatombe, porque la humanidad iría al desastre de la obesidad y la vaguería y quién sabe qué otras catástrofes peores. Un tipo incluso llegó a decir “Arbeit macht frei”, a lo que repliqué sin perder un segundo que efectivamente a eso me refería. El tío se quedó asombrado de que yo hubiese pillado el chiste -porque además de loca y mala persona debía pensar que soy una inculta-, pero como nadie más se enteró, de momento la cosa quedó ahí. Pero ya volviendo para casa con un tipo calvo y gordito y bastante cachondo, y una abogada puritana con la que hasta entonces había tenido buena relación, pues va y se me ocurre decir en tono socarrón, porque más o menos venía al caso, que me encanta este sistema porque somos esclavos pero estamos encantados y si no fíjate cómo todos nos empeñábamos en trabajar y a nadie se le ocurría soñar otro tipo de vida. Luego, el compañero cachondo y yo hicimos unos chistes sobre lo contentos que estamos de tener otros que son más esclavos que nosotros y que nos hacen las zapatillas baratas y todas esas cosas que nos gustan. Pues de repente la abogada irrumpió en cólera y la tomó conmigo y empezó a berrear que ¡sí hombre!, ¡vivir sin trabajar!, que ¡a ver qué me había creído!, que ¡por supuesto ella pensaba que había que trabajar y que no por ello se sentía más alienada que cualquiera!, y que cómo pensaba viajar yo si otros no hacían los aviones y leer libros si otros no los escribía, y todo esto y más con mucha interjección y mucha ira. A mí se me vinieron muchas ideas a la cabeza pero hice lo único que podía hacer: callarme. Porque la violencia tiene ese efecto paralizante en mí y porque para qué… creo que al avispado lector no le hacen falta más palabras de reflexión.<BR/><BR/>Y luego pensé que o bien no vuelvo a abrir la boca en clase, o bien me cambio al grupo de las 18:30, que por lo que dicen la lectora y la profesora, tienen más que ver conmigo. Pero luego me dije que si dios me ha llamado a librar esta cruzada contra la necedad, quién soy yo para negarme, y ya estoy pensando comprarme un gorro de cuadros con orejeras y qué comentario hacer el próximo día, venga a cuento o no, para levantar sarpullidos. Todavía no lo tengo decidido, pero casi seguro que versará sobre algo de que si cristo levantara la cabeza…<BR/><BR/>Y aquí, de postre, una obrita de teatro copiada de la vida real, y que aconteció sólo unos minutos antes de la anécdota anterior.<BR/><BR/>Personas de la comedia:<BR/>El de “Arbeit macht frei”.<BR/>La abogada puritana.<BR/>Yo. <BR/><BR/>Se abre el telón. <BR/><BR/>El de “Arbeit macht frei”: me espeluznó leer en un libro que una noche que no tenían suficiente gas, los nazis echaban a los niños vivos a los hornos crematorios.<BR/><BR/>La abogada puritana: y es que la humanidad es así, no aprendemos no, no aprendemos de nuestros errores y la historia se repite.<BR/><BR/>Yo: y tanto. Fíjate ahora esos pobres chavales americanos que les mandan con el chicle y la música a tope a bombardear a los irakíes y se cargan a pueblos enteros. <BR/><BR/>El de “Arbeit macht frei”: ¡sí hombre, eso no tiene ni punto de comparación, me vas tú a comparar…! <BR/><BR/>Yo: ¿???????????????????????????????????????????????????<BR/><BR/>Fin.<BR/><BR/><BR/>Os parecerá un chiste de Gila, pero no. Ocurrió ayer mismito.<BR/><BR/>Pues no sé. Le he dado unas pocas de vueltas y he llegado a la conclusión de momento de que, por lo visto, para los descendientes de la Inquisición es menos horrible destripar a muchos de golpe y sin mancharte las manos que quemar a unos pocos con tus propias manos. Tecnología frente al trabajo artesanal de toda la vida. <BR/><BR/>No se vayan todavía, que aún hay más:<BR/><BR/>Un poco antes de este teatrillo, la abogada y el de la libertad por el trabajo se ponen a decir que los alemanes y los suizos están enfermos porque tienen tan a rajatabla lo de reciclar y no contaminar que ya no generan basura. Y digo yo, que para qué me voy a estar callada: “claro, ya están los de la República Dominicana contaminando por todos”. A lo que el de “Arbeit macht frei” me llama racista. Yo flipé y no dije nada. Más tarde me dio por reflexionar y me digo, “qué habrá querido decir éste”. Claro, que parece ser que como yo pienso que los negros son tan seres humanos como cualquiera y por lo tanto son tan dignos de crítica y alabanza como cualquiera, pues soy una racista, pero ellos y las monjitas, que piensan que los negritos y los chinitos son muy buenas personas porque en realidad son una subespecie de los perros, pues no son racistas. <BR/><BR/>Y ya no reflexioné más, y me vi un capítulo de Doctor en Alaska. <BR/><BR/>Quien quiera entender, que entienda, dijo Aquel. <BR/><BR/>y me ha gustado mucho el poema de paco.<BR/><BR/>Vuestra amiga Valeriana G.Anonymousnoreply@blogger.com