Aprende con Emilio y Claudio II

Queridos amigos, el verano es muy duro con el calor y los sudores que entran, así hay que comer bien. No sólo de alubias vive el hombre.

Cuestión de cultura: que viiivaa Españaaa

En este verano aciago, reaparece mi sobrino M. para echarme un cable con sus agudas observaciones.

Hace pocos días vi en la televisión un programa en el que se cuenta cómo es la vida de los españoles que, por diferentes razones, llevan un tiempo viviendo en otros países del mundo. En esta ocasión se presentaba a españoles que viven en Japón, un país que me consta que le gusta mucho al jefe de este patio. En un momento del reportaje, nuestro compatriota y el periodista que le acompañaba se dirigieron hacia una tienda de frutas y verduras de un barrio de Kioto; sorprendidísimo me quedé cuando el protagonista se sirvió de cuanto deseaba mediante la habitual modalidad de autoservicio, y una vez tenía lo que necesitaba comentó que para pagar lo único que había que hacer es introducir el importe de todo lo que se haya cogido en una cajita metálica dispuesta para tal efecto. Efectivamente así lo hizo él, y así lo hace cualquiera que compre en esa tienda en la que no hay dependiente y por si a alguien le surge la duda, tampoco hay vigilante de seguridad. Resulta que en este país se fían hasta tal punto de la gente, se dan por honestos los unos a los otros, cosa tristemente llamativa y muy admirable para un español como yo. Como dice ese famoso proverbio español, en todos los sitios cuecen habas, por tanto, supongo que en Japón algún que otro jeta de ojos rasgados se paseará con su bolsita de judías verdes conseguida completamente gratis, y con esa cara que tanto conocemos en España, la de “Yo soy mas listo que nadie”, pero insisto en lo extraño que le resultó el detalle a mi mente occidental. Pensé al instante: “Eso en España sería imposible”. No me equivocaba, hoy me vino a la memoria que hace poco tiempo abrieron un negocio así en Valencia y a pesar de que la tienda era frecuentada por gente de mucho dinero y poder, parece ser que hubo muchos que se marcharon sin pagar; creo que era una tienda de trajes. 

M. G. C.

Aprende con Emilio y Claudio I

En estos tiempos en que la tele no ofrece grandes programas a los que engancharse, la emisora Extremadura TV acierta con un pequeño espacio que espero ir compartiendo con ustedes en este patio: Aprende con...  Emilio y Claudio... y Tomás y Dimás.

Disfrútenlo

Sanidad pública VI

Vuelve mi hermano Jose al rescate de este patio. La sanidad es uno de los pilares de nuestra sociedad y no está de más recordarlo.
El artículo que sigue se publica hoy en el periódico salmantino "El Adelanto", cumpliendo con el compromiso semanal que la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública adquirió con todos nosotros hace unos años.
Como ilustración, he acudido a la viñeta que nos ofrece hoy El Roto en El País.

CANTINELA DEMAGÓGICA

En España disfrutamos de una asistencia sanitaria universal y gratuita, todo ciudadano puede acceder a cualquier procedimiento clínico que oferte el sistema, sea pensionista, esté trabajando, no lo haya hecho nunca o esté en el paro. Además los indicadores de salud (longevidad, mortalidad infantil, …) nos sitúan en las primeras posiciones del ranking mundial, somos los mejores en trasplantes, el sistema MIR de formación de especialistas es considerado uno de los mejores de nuestro entorno y cuando en el Reino Unido, Suecia o Portugal necesitan médicos vienen a España a contratarlos, y todo esto a un relativo bajo coste, bastante por debajo de otros países como Francia, Reino Unido, Alemania y muy por debajo (menos de la mitad) de EE UU. Maravilloso, y por tanto, no debe extrañar que el discurso oficial de los políticos responsables de tanta efectividad y eficiencia resalte las excelencias de nuestro Sistema Sanitario en un ejercicio de autocomplacencia, que hace incluso innecesario que la sanidad esté presente en la agenda política. 

Pero este discurso triunfalista, que surge desde niveles institucionales alejados de la presión del nivel operativo –cuanto más alejados, más triunfalista- nada tiene que ver con la perspectiva que se tiene cuando nos acercamos a la realidad de nuestros centros de salud y hospitales: los servicios de Atención Primaria están sumidos en la escasez presupuestaria, la masificación y en la incapacidad resolutiva, las listas de espera continúan en parámetros incompatibles con un servicio de calidad, los profesionales están desmotivados... 

La contradicción entre el discurso triunfalista de los políticos y la situación real sentida por pacientes y profesionales sanitarios, supone una fuente de insatisfacción y de conflictos y constituye una barrera para la búsqueda de soluciones. Es preciso que cese esta cantinela demagógica y todos juntos (políticos, profesionales y pacientes) trabajemos por el mantenimiento y mejora nuestro sistema sanitario.

 
José Luis Garavís 
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Salamanca

No está el horno para bollos

Ya sé que el título de este post se presta a muchas interpretaciones. No entraré a explicarlo. Sólo diré que hace ya casi un mes que no escribo nada en el patio y que van a pasar unos cuantos días más.
Pero volveré al ataque, aunque sólo sea por aquello del mantenimiento neuronal.
Salud.