Campañas obscenas

. lunes, 19 de mayo de 2008

Compro a diario, luego soy consumidor, luego estoy integrado en el sistema, luego se dirigen a mí.

Se me cae la cara de vergüenza ajena, tengo esa manía desde pequeño. Llevo varios días viendo en la tele y en la prensa escrita las campañas paralelas de dos de las más grandes compañías energéticas españolas. Son, a su vez, grandes multinacionales, con lo que eso conlleva.

Hace tiempo que vi la película “Network”, dirigida por Sidney Lumet en 1976. En ella se podía ver una secuencia desoladora por lo visionaria: un viejo periodista convertido en héroe, por su propia cadena, después de anunciar que se iba a suicidar, está sentado en una gran sala de reuniones. Allí aparece un alto directivo, quizás el más alto, que le dice algo así: el mundo ya no lo dirigen los políticos; ahora el poder lo tienen las corporaciones, es más, esas corporaciones están unidas por una red que acabará convirtiéndolas en una sola, la gran corporación que dominará el mundo. No soy exacto en las palabras porque apunto de memoria.

Después del párrafo parentético anterior, vuelvo al tema. Dos grandes empresas del sector energético español y multinacional nos asaltan ahora con sendos mensajes en los que se nos muestran como la gran esperanza del medio ambiente, como las garantes del futuro de nuestro planeta, como las salvadoras del mundo. Para ello utilizan el lenguaje publicitario de una forma brillante, como no podía ser menos. En uno de los anuncios se utilizan imágenes de cuerpos desnudos (sin ningún tipo de erotismo subyacente) adornados con tatuajes mientras una voz en off se va haciendo eco, usando la primera persona del plural, de los grandes inventos tecnológicos y culturales de la humanidad. En el otro podemos ver a diversos niños diciendo que algún día tendrán hijos y que sueñan con ofrecerles un mundo mejor.

A lo mejor soy tonto por escandalizarme con semejante ataque propagandístico, pero no podía desaprovechar la ocasión que me brinda Internet para opinar al respecto. Los medios de comunicación comerciales no creo que se atrevan a lanzar su opinión porque de todos es sabido que con las cosas de comer no se juega. El secuestro de los mass media por parte de las grandes corporaciones no es algo nuevo. Se airea mucho la libertad de expresión, pero nadie habla mal de sus anunciantes, de su sustento.

Parece evidente que la labor de esas empresas en algunos países hispanoamericanos es más que discutible. Ya casi no nos acordamos del anuncio que hizo el presidente boliviano de nacionalización de los recursos naturales y el consiguiente riesgo para algunas compañías españolas. Aquí se criticó mucho y se demandó al gobierno de Zapatero una rápida intervención en defensa de los “intereses españoles”.

Yo tengo coche, calefacción en casa, uso la electricidad para todo y, como dije al principio, estoy integrado en el sistema. Pero me molesta, no sé muy bien por qué, que me traten como si me acabara de caer del guindo. Ya sé que la principal finalidad de una empresa es vender, luego las dos energéticas deben vender energías, pero aprovechar la coyuntura del discutido e indiscutible cambio climático para erigirse en salvadoras del mundo me parece obsceno. Claro que los anuncios son muy bonitos y seguro que tienen éxito.

1 comentarios:

odradek dijo...

he visto la de "hemos sido capaces...". Desde el punto de vista de la retórica, emplea un estilo medio pero apoyado musicalmente -si no recuerdo mal- por una musiquilla épica. Desde luego el mensaje es, como se diría ahora, maximalista.

Luego la construcción del argumento es lo que en lógica se llama un entimema de primer orden, esto es, un silogismo al que le falta, o al que se escamotea, la premisa mayor.
El razonamiento completo sería:
- los seres capaces de inventar tecnología son capaces de preservar el medio ambiente.
- somos capaces de crear maravillas tecnológicas
- luego somos capaces de cuidar el medio ambiente.

Como todo el mundo sabe, el deterioro del medio ambiente se debe en buena medida al desarrollo de tecnologías de grave impacto en el medio ambiente, entre las cuales el sector energético ha sido particularmente devastador y desordenado.
Para colmo, el enunciado aparece en condicional -si mal no recuerdo- y en un tono entre paternalista, moralizante y autosatisfecho.
Con esta operación se escamotea precisamente la premisa mayor del silogismo: si de verdad es compatible el desarrollismo tecnológico a escala planetaria con la preservación del medio.
La mayoría de los científicos -y más desde que Asia se ha subido a ese mismo carro- sospecha que no, pero ahí están ellos -los responsables de ese negocio- para lanzarnos su pomposo mensaje de confianza.

Bueno, también leí el otro día a un periodista decir que el problema de los mileuristas es el estado y lo caro que resulta y no la miseria que les pagan sus filantrópicos pagadores y los abusivos precios que les exigen sus cobradores por la casa, la comida y lo demás.

En cuanto a los medios de formación e incomunicación, alguien le preguntó a Goebbels cómo tenían el descaro de llamar a su ministerio "de información y propaganda", a lo que Goebbels respondió "porque en nuestro país aún las diferenciamos".

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