Silbando espero IV

. viernes, 29 de mayo de 2009
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Cuesta mucho hablar de música: los gustos son personales y los criterios que acompañan al juicio propio no son siempre compatibles con las modas que dominan el mercado en su más amplio espectro. Aparte están algunos críticos, los especialistas del "buen gusto", esos que en gran medida se dejan guiar por la actualidad mercadotécnica, los conciertos a los que son invitados y su sabiduría de anteojeras.
Siempre que salgo de un espectáculo intento encontrar alguna crónica o crítica de verdad en los periódicos, un análisis que permita tomar la distancia justa o recordar la intensidad del momento. Pero esto sucede pocas veces: con el flamenco, con los toros, y para de contar.
Salir de un concierto con gente emocionada, y que no necesariamente comparte gustos, resulta esclarecedor. Tal es el caso de lo que sucedió el sábado pasado cuando nuestro protagonista hizo mutis por el foro.
Que Andrew Bird es uno de los grandes del pop del momento es evidente desde el mismo momento en que supera los límites taxonómicos.
Junto a su violín, su guitarra, su xilófono y sus diferentes cacharros que le permiten hacer loops y así representar al moderno hombre orquesta que es, aparece solo en escena para llenar cualquier oído medianamente sensible que tenga ante sí; la voz y el silbido se configuran como el cebo que su estilo lanza al público que, sin más opciones, se deja hipnotizar con una sonrisa de oreja a oreja.
Así sucedió en Madrid, como en otros lugares donde también pudimos comprobar que este músico integral no hace un concierto igual a otro.
Sin más que decir, les invito a volar con Andresito Pájaro.



Silbando espero III

. lunes, 18 de mayo de 2009
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Por aquello de la amistad, me vinieron ayer a la cabeza melodías de Los Hondos, grupo de salmantinos del barrio Garrido que daba guerra allá por mediados de los noventa. No está bien que yo lo diga, pero eran muy buenos. Ello se debía, principalmente, a la labor nocturna del por entonces estudiante de Filología Portuguesa Iván Merlo Vega. Pasaron los años e Iván se nos hizo profe de música, y cambió Garrido por lo que le eche la Consejería de Educación de Castilla y León. Pero de vez en cuando (cada fin de semana) le vuelve la vena de la Armuña capitalina y se nos pone a componer canciones. Una de las nuevas es esta rumba medio aflamencada, grabada en Ólvega junto a Ángel (otro profe), en la que, entre paracetamoles, nos muestra los dolores del coração.
Señoras y señores: El acerico.
Nota: esta palabra no la escuchaba desde que murió mi abuela Isabel.
Hala, a bailar.

Inmigración

. domingo, 17 de mayo de 2009
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Hay algo muy llamativo en esto de las políticas migratorias: los países receptores suelen legislar la entrada de inmigrantes de forma restrictiva. A primera vista puede parecer una perogrullada, pero si se piensa que esas políticas suelen parecer blandas a los ciudadanos de los mismos, entonces se puede empezar a dudar de la hospitalidad como rasgo característico de un pueblo.
En España son muy pocas las voces que piden papeles para todos porque eso es imposible, una locura, una utopía, algo así.
Pues bien, uno de mis alumnos, traspapelado en la maraña social de aquí, merece una ubicación tanto como cualquier ciudadano español, entre otras cosas porque conoce y practica el significado moderno del término "ciudadano".
Hoy ha habido una manifestación de inmigrantes en mi barrio contra la reforma de la ley de extranjería, lo cual quiere decir que éstos también conocen y practican dicho significado.
Paso a paso.

Madrid castizo

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Pasas a diario por sitios  tan curiosos que ni los ves. Pero vinieron Eduardo y Almudena y nos enseñaron este local típico español.


Regionalismo

. sábado, 16 de mayo de 2009
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Gracias a Darío Prieto, periodista y bon vivant,  leonés de un lugar sumergido donde la lucha es un deporte, me encontré el otro día con un poeta español, palentino para más señas, e italiano por parte de padre: Francisco Vighi. El poema que Darío regalaba a sus amigos es el siguiente:

Regionalismo
Para que te exaltes, castellano, 
hombre seco, hombre de tierra. 
Para que me odies, catalán, 
más fenicio que de Grecia; 
y tú, manchego retardado,
cazurro de alma plebeya; 
isleño cursi y rastacuero, 
balear ladrón, hijo de chueta; 
leonés rencoroso y zafio; 
montañés vano, hombre de cera; 
y tú, aragonés que llamas 
a la bestialidad franqueza; 
para que me mates, levantino, 
simulador de arte y de belleza; 
vasco hipócrita y ambicioso, 
insúltame con tu pobre lengua; 
asturiano traidor y falso; 
gallego llorón, y sin vertebras; 
murciano sucio, feo y torpe; 
extremeño de las cavernas; 
madrileño que de Real orden 
eres tonto por dentro y por fuera. 
Yo os desprecio, os maldigo y os odio, 
gentes cobardes de mi tierra. 
Y para ti, andaluz idiota, 
¡culebra!, ¡culebra!, ¡culebra!

(1920)

Nada que añadir a tan agudas palabras, quizás aquellos versos del desaparecido Chicho Sánchez Ferlosio:

El moro judío
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.

Saludos españoles II

. miércoles, 6 de mayo de 2009
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UN HOMBRE SUBIDO EN UNA ESCALERA: ¡Celedoniooo! ¡Mira que eres feo! Eres tan feo que la cigüeña vino dos veces: una para traerte y otra para disculparse con tus padres. ¡Mira que eres feo! Eres tan feo que tu madre no sabe cómo explicarlo.



CELEDONIO: Hola.



El HOMBRE SUBIDO EN LA ESCALERA: Quítate de mi vista, anda, que eres muy feo.


Y digo yo: nadie es tan feo, ni siquiera el tal Celedonio, como para merecer tal humillación pública, aunque no parece que éste se lo tomara tan mal. Quizás ya tenga asumido que sus compañeros de trabajo son unos auténticos...españoles. Mecagüen.

Bicicleta y olé

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Me declaro conductor: tengo coche y me gusta conducir. Pero, desde chaval, también soy ciclista. Poco a poco voy aprendiendo a arreglar mi bici sin gastarme los cuartos en mecánicos y me gusta darme paseos a pedales por la ciudad: Madrid parece diferente, al igual que lo parecía Salamanca cuando iba a ver a mi abuela al barrio de la Vega.

El pasado fin de semana se celebró "La Criticona". La capi fue tomada por ciclistas venidos de toda España y de otros lugares de Europa. Un festín de las dos ruedas por todo lo alto y con un día grande señalado: el dos de mayo. Un buen sábado, con sol, música y reivindicaciones: en Madrid no tenemos carril bici en el centro de la ciudad, y circular resulta un tanto arriesgado e incómodo. Así que allí nos plantamos para disfrutar de una tarde diferente.


Hordas de crueles cosacos en la Calle Alcalá

Un ciclista con el típico traje regional




La Masa Crítica en Moncloa

1º de mayo

. viernes, 1 de mayo de 2009
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Forges en El País del 1 de mayo de 2009

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