Dos años después, día más día menos, vuelve el misterio de las oposiciones. Así que toca volver a encontrarse con los compañeros que quedaron, como yo, en la estacada del interinaje; y conocer a esos nuevos que estarán igual de nerviosos que nosotros.
Esta vez juego en casa, en el IES Federica Montseny de Fuenlabrada, donde seguro que Paco, Carmen, los bocadillos de Pilar y tantos otros me hacen sentir en familia.
En cualquier caso, salga como salga, no pasa nada.
Ahora, y a pesar de mi ateísmo, voy a encerrarme en la capilla de Santa Bárbara de la Catedral Vieja de Salamanca para pedir la iluminación del Espíritu Santo, a la vieja usanza.
Espero que esta vez se cumpla aquello de a la tercera va la vencida.
Salud.