Cibermotes

Al hilo de lo que decía don Pablo en su artículo del jueves, diré que este es un escrito (post es el nombre estándar para este nuevo género) de relleno. Trata sobre un tema que me ronda desde que inauguré el blog: en este mundo virtual la gente tiene nombres diferentes a los que utilizan en sus vidas de carne y hueso. ¿Por qué? Esa es la gran cuestión. Supongo que mantiene el anonimato hasta cierto punto, pero no creo que esa sea la respuesta correcta. Me resulta muy curioso porque implica otra especie de vida paralela en la que te identificas de o con un determinado nombre y lo que dice, pero no es el tuyo, ¿o sí? Y además, por lo general no te lo ponen otros, como suele suceder con los motes tradicionales, sino tú mismo. Se emparenta con el seudónimo, pero no es lo mismo ya que éste tiene que ver con el arte, y no todo blog implica un escritor, v.gr. éste mismo en el que estamos no es literatura y por eso mismo decidí llamarme como en mi tarjeta de crédito.

Mis respetos para todos los que los usan, pero es una duda que tengo por lo novedoso de la extensión del fenómeno. En cualquier caso Larra firmaba como Fígaro.