Profesores

. martes, 29 de julio de 2008

A golpe de martes se han presentado unos amigos manchegos, tan buenos como el queso ídem. Ella sigue trabajando como periodista, él ha aprobado las oposiciones: profesor de saxofón en Madrid. Una buena comida y una mejor conversación en la que uno sigue regodeándose en el privilegio. Quizás si hubiera conservado mi anterior trabajo no hubiera podido disfrutar de esta tarde. Quizás ahora sería un trabajador protestón y malencarado, como debe ser.

Todos ustedes saben que los profesores somos unos vagos redomados que nos chupamos unas vacaciones de no te menees. De hecho, aquí estoy yo sentado en el sofá, escribiendo un post y escuchando el saxo de Marangolo en “Blue Tangos”, momento adecuado para el calor de este mes de julio.

El curso no ha sido nada, ya lo expliqué hace un tiempo.

En resumen: mis felicitaciones más sinceras y envidiosas para los que ya han conseguido la plaza. Permítanme que en mi pobreza de interino (a media jornada) me sume al goce del ocio estival. Asimismo, quedan invitados a leer las palabras del Sr. Mesa, porque somos funcionarios (yo menos, aunque en la nómina diga que sí).

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