Lentejas con chorizo

. viernes, 21 de marzo de 2008

Ayer vi en la tele a una niña fallera llorando ante la hoguera alimentada por su falla. Me resultó curioso y muy interesante. En lo que a fallas se refiere soy un absoluto ignorante. ¿Lloraba la niña por la falla?, ¿lloraba por el fuego y su poder purificador?, ¿acaso lloraba por la llegada de la primavera? o ¿quizás por el final de un año de su vida? Yo mismo, el otro día, me sorprendí llorando ante un plato de bacalao. No sabría decir si lloraba de alegría ante lo que me esperaba o de tristeza por lo efímero de aquel precioso manjar.
Alegría, pena, amor, repulsión, miedo, cólera... todas ellas son emociones y, como tales, necesarias para desarrollarnos y conservarnos. Pero esto se le da mejor a Punset.
Lo mío son las lentejas con chorizo de primero, Lenine de fondo, como segundo una buena ración de Pessoa y para la sobremesa acojonarme con El resplandor. Nada mejor para rematar este banquete que una buena siesta, aunque eso es harina de otro costal emocional.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Y bien que el bacalao merece una llorera, y el encontrarte aquí a tí también. Suerte en el viaje. Desde Soria con amor.

Etiquetas

Buscar