Está pasado de moda V

. jueves, 24 de abril de 2008

Querido diario, hoy lo he visto cerrar su tienda mientras se fumaba un pitillo, no he llegado a tiempo y he tenido que ir a por el kebab, mecachis. Youssef no sabe que soy admirador suyo como antes lo era de Gazpachitas. Es carnicero y tendero. Las chuletas de cordero son magníficas y más baratas que en las carnicerías cristianas. Tiene unas aceitunas picantes que me salvan los aperitivos de la cena. La barra de pan, recién sacada del horno, cuesta 50 céntimos. Y luego te recrea con todo tipo de especias, sémolas variadas y hasta ollas para hacer cús-cús. En mi cumpleaños le compré unos pastelitos que hicieron furor en la sala de profes.

Su mujer despacha a veces, siempre te sonríe, como él, y te atiende que da gusto, con algo de conversación sobre el tiempo, los niños y los precios. No lleva velo ni coñas de esas y tiene un pelo estupendo.

-Shalam aleikum,

-aleikum shalam.

Yo le digo hasta luego, a veces adiós y él se despide “hasta luego” y casi te acompaña hasta la puerta.

A este paso me convierto de ateo cristiano a ateo musulmán.

Otro día hablaré sobre los tenderos japoneses (¡qué maravilla!).

2 comentarios:

odradek dijo...

golosón, más que golosón, que te gusta más una tienda de comida que a un tonto un chupete.
por cierto: echa un ojo a "El señor Ibrahim y las flores del Corán", por alguna razón, la historia del tendero árabe y el niño judío me está haciendo vivir milagros en clase.
salud!

Eloy Garavís dijo...

Algún día hablaré de Gazpachitas. Yo creo que ya se ha jubilado. En cuanto al sr. Ibrahim, he visto la peli y el año pasado me leí la novelita en francés. A la fuerza tiene que dar juego con los niños: todo se ve desde la perspectiva de un chaval, tiene amistad, sexo, viajes... Está muy bien.

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