Luis y Alicia

. miércoles, 2 de abril de 2008

Al llegar a su casa, nos sentamos en el sofá, me ofrece un café y los tres nos ponemos a hablar. Son padre e hija. Charlamos sobre lengua y literatura, Luis nos enseña el oficio:

Los saberes de un profesor de secundaria son comparables a los de un especialista de medicina general o, como ahora se dice, de un médico de familia. Éste no necesita estar al día de las últimas investigaciones en cirugía cardiovascular, biología molecular o endocrinología; pero tiene la obligación profesional de poseer una visión actualizada de conjunto de todas las ramas de la medicina; en eso consiste precisamente su especialidad.”

Y encima nos echamos unas risas.

Os debo una mariscada, amigos, o un cochinillo.

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