Cabezazos contra la pared

. martes, 6 de mayo de 2008

Envidia: tristeza o pesar del bien ajeno; emulación, deseo de algo que no se posee. Venía en el tren reflexionando sobre la vida y los males que a ella acuden de vez en cuando. Resulta difícil ver la paja en el ojo propio, casi imposible reconocerse cuando te asaltan sentimientos mil veces criticados. Bueno, yo no soy envidioso, así que no tengo por qué preocuparme. Pero pertenezco a una cultura, la española, famosa por el tema que me ocupa. Mira ése que camiseta más chula lleva, aunque le queda fatal.

Hace tiempo, cuando era joven y más inocentón, se me ocurrió decir en el trabajo de entonces que entendía perfectamente la huelga que hacían los trabajadores de los astilleros. Tonto de mí, las tres personas que me acompañaban en ese momento se me echaron al cuello: pero si esos lo tienen todo, les pagan un sueldazo y tienen 40 días de vacaciones al año, y encima son fijos. ¿Y qué?, respondí yo, ¿acaso no es algo a lo que deberíamos aspirar todos? Nooooo, porque son unos vagos y encima se quejan.

Ahora soy yo el que hago huelga en un puesto rechazado por la inmensa mayoría de aquellos que no lo tienen (y por algunos que sí). Trabajar de profesor, en las condiciones que sea, no es algo que desee mucha gente, excepto cuando llegan las vacaciones, entonces todo el mundo se encuentra con el derecho a la crítica vacía: ¡qué bien viven los cabrones!

Tuve la suerte de poder estudiar una carrera en la ciudad donde vivía. Cuando acabé decidí que quería probar suerte en diferentes trabajos, así durante diez años de mi vida de los que no me arrepiento, hasta que a los 33 decidí dejarlo todo y volver al estudio. Me presenté a unas oposiciones complicadas de aprobar, superé los exámenes, que no la oposición, y pude entrar en una lista (preferente) que me ha permitido trabajar como interino los últimos dos años y aprender muchas cosas de los otros y de mí mismo. Ahora llega el turno de volver a presentarme, y lo volveré a hacer porque creo haber encontrado un lugar laboral en el mundo. Me gusta ir por las mañanas a orientar la educación de los chavales. Disfruto preparando las clases y dándole a la imaginación por las tardes. Trabajar, trabajo y mucho, pero no me resulta una carga ponerme al tajo todos los días, sino todo lo contrario.

Ahora parece ser que los profesores somos unos vagos, que los alumnos son unos cafres, que no hay nivel, que la enseñanza pública no le interesa a nadie porque los españoles somos unos racistas y queremos que nuestros hijos vayan a clase pero pagando, que la educación no es cosa del estado sino de empresas privadas (iglesia, cooperativas, etc.) subvencionadas con nuestro dinero (como lo que mola es ser liberal, ¿para qué queremos tener estado?).

Pues mira tú por donde que yo creo que la enseñanza debería ser pública o privada (nunca concertada), que las administraciones (gobernadas por partidos políticos “patriotas”) y los gobernados (ciudadanos o no) deberían dar prioridad a la educación pública y pensar en el modelo social que queremos. Pero claro, vamos a las urnas y después se ven con el poder de hacer lo que les da la gana, y no les falta razón porque lo único que se nos da bien a los españoles es criticar por los pasillos y dar la brasa al vecino. Lo de manifestarse y solidarizarse es sólo una cuestión de boquilla. A la hora de la verdad lo que tenemos es envidia de los políticos corruptos y de todo el que sea o haga algo diferente, o sea de todo el mundo.

Los médicos y demás trabajadores de la sanidad pública están igual. Otro pilar del estado de derecho que está casi derrumbado con este lío de las autonomías en el que vivimos. Ahora resulta que todo el mundo está descontento con su médico porque hay mucha gente en la cola del centro de salud. Pues tenemos una sanidad con cobertura universal, los mejores médicos, los medios punteros, si eso es malo… Lo que pasa es que no se ponen dineros para adaptar todo eso a la realidad actual (bueno sí, las fundaciones –privadas-). A los profesores interinos de la Comunidad de Madrid nos ponen un seguro privado para evitarnos las colas del servicio público de salud. Pero ¿esto qué es?

Yo ya no entiendo nada, los alumnos de Bachillerato ya no quieren seguir sus estudios, las universidades públicas dan charlas en las que los chicos parecen clientes. Debe ser que es mucho mejor vivir en un país en el que la gente tenga una formación mínima y así producir mano de obra conformista.

Para terminar, un chiste de Arguiñano:

El alcalde pide presupuestos para pintar el ayuntamiento. Se presentan dos. Uno pide 3 millones y el otro 9. Va el alcalde y le pregunta al de los 3 millones:- ¿en qué se va el dinero? – Uno para el andamio, otro para la pintura y otro para mí, por mi trabajo. Entonces va al de los 9, que es amigo de un amigo del alcalde, y le pregunta lo mismo, y éste le responde: pues 3 son para el alcalde, 3 para el amigo del alcalde y los otros 3 para mí.

Es evidente lo que hará después el alcalde, esto es España, a 6 de mayo de 2008.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Indignado escribes mejor, si cabe.
Yo, estoy contigo. Pero, ¿a dónde vamos a ir a parar? No entiendo nada.
Y, por cierto, no sé por qué es la huelga pero también os apoyo.
Besos de Valeriana G.

Anónimo dijo...

Tienes un blog que quita el sentío, y eso no me produce envidia, sino orgullo por tener un tio con semejante intelecto. SAludos de un cliente mas.

Eloy Garavís dijo...

Veleriana, muchas gracias por tus palabras de aliento a estos cabezazos . Creo que hoy hablaré de la huelga, que es el día. Mi querido sobrino y lector, también gracias. Pronto dejarás de ser un "cliente" universitario. De todas formas, tú estás en la USAL (como se dice ahora) y allí no hay mucha competencia. Si vieras las charlas que dan aquí a los chicos de bachillerato, y es que en Madrid hay cinco universidades públicas y algunas luchan por quitarse clientes. En fin. Saludos a los dos.

Virita dijo...

Me has dejado sin palabras.
UN beso con inmenso cariño.

Anónimo dijo...

Eloy, manifestarte mi alegria porque la vida me haya regalado el cruzar mi camino con el tuyo, un orgullo ser tu compañero; y pedirte permiso para difundir esta relexión-vivencia tuya por algunos de mis contactos de correo. Agradecido. El sanfe.

Anónimo dijo...

Así es , cuanto más tonto o en su defecto más ignorante , más barato sales , y como hay que reducir costes...En cuanto a lo de las charlas de Bachillerato , son penosas hablando mal y pronto y sobre todo que las hacen a última hora , cuando tienes que tener claro (mas o menos) lo que quieres hacer ...por que si no es así , crudo lo llevamos.Eso se llama la importancia de la clientela.

Eloy Garavís dijo...

Virita, muchas gracias, como siempre. Sanfe, ni que decir tiene que para mí también es un orgullo ser tu compañero, y sin permiso para lo de difundir el patio (está abierto a todo aquel perdido, como yo, que a él quiera venir). Anónimo, así es, llevas toda la razón.

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