Aire

. miércoles, 4 de junio de 2008

Enfrascado en el estudio como me encuentro no saco demasiado tiempo para la vida normal. Comer, dormir, eso sí, pero muy poca calle, poco aire. Lo único que consigue sacarme de mis casillas opositoriles es la música. Últimamente me oreo con el último disco de Carmen París, sobre todo con tres canciones: el caramelo, 25 años y me dejo bailar con ese “bolero cuántico” titulado distancia espeluznante. También me soplan de vez en cuando algunos vientos del sur: Carmen Linares, Estrella Morente, Pitingo, Camarón, Márcio Faraco, Lenine, Adriana Calcanhotto… en fin, que tiro de fondo discográfico. Y ayer vino a la fresca de la tarde Depedro: un disco sorprendente y adecuado a mi estado actual, sonidos poco habituales en la música española.

Pero lo que de verdad ha conseguido que imagine una vida mejor ha sido la gran noticia: Paolo Conte vuelve a Madrid el 25 de julio. A sus 71 años se subirá al escenario del patio del Conde Duque. Una ocasión más para respirar, para vivir. Yo ya tengo las entradas.

2 comentarios:

Enrique P. Mesa García dijo...

¿Vivir porque alguien va y canta? Suena a ideología.

Eloy Garavís dijo...

Don Enrique, he dudado durante un par de segundos si entrarle al trapo. No lo voy a hacer, es lo que tengo. Pero vaya usted al concierto y después hablamos.

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