Vagar, divagar

. miércoles, 17 de septiembre de 2008

Nuestro protagonista sale a dar un paseo. La mañana se presenta soleada y sin prisas. Después de mirar algunos libros en la Cuesta de Moyano decide entrar en el Retiro. Apenas hay gente, algunos enamorados, jubilados con las manos a la espalda, una corredora que sube la calle que lleva al ángel caído y turistas descansando de su periplo. Al llegar al estanque observa a las ciclistas: ahora llevan casco, complemento de dudosa estética que demuestra el sentido práctico que predomina hoy en día. Entre tanto silba la melodía de “meglio stasera”, una canción que recuerda haber oído en “La Pantera Rosa”, una película muy divertida en la que la cintura de avispa de Fran Jeffries toma protagonismo en ese número musical que ahora ocupa su mente.




Ahora camina hacia alguna salida para encontrarse con el bullicio de coches y gente. Poco a poco se encuentra inmerso en un jaleo en el que resulta difícil fijar la atención en algo o en alguien. Ruido, algo parecido al loco rock&roll que escupe Celentano en “La dolce vita”.



Piensa en la amargura que destila esa película y en lo moderna que es. Eso mismo le dirige hacia un cuadro de Esther González Conde: “Probablemente la vida sea una mierda”; en él se ven seis o siete caras con sus respectivas risas histriónicas. Así es la sociedad que nos muestra Fellini.

Finalmente llega a casa donde reflexiona acerca de su cinematográfica y musical mañana. Producto de sus divagaciones ha llegado a su destino: “Tener y no tener”, una magnífica película donde se juntaron los talentos de Hemingway, Faulkner, Hawks, y en la que comenzó la relación entre Humphrey Bogart y Lauren Bacall. El personaje de ésta, Flaca, le dice al de Bogart aquello tan famoso de “Ya sabes que no tienes que fingir conmigo, Harry. No tienes que decir nada y no tienes que hacer nada. Nada de nada. Tal vez sólo silbar. ¿Sabes silbar, verdad? Juntas los labios…y soplas”. Nadie le ha dicho nunca algo así a nuestro protagonista que ahora se deja sumergir en el espíritu de esta obra maestra y decide rematar sus divagaciones con el piano y la cara de pillo de Hoagy Carmichael en su “Hong Kong blues”.

Hoagy Carmichael - Hong Kong Blues from dagb on Vimeo.

Y aquí acaba el paseo y la divagación y comienza la receta de los filetes rusos, pero eso es materia de otro post.


1 comentarios:

Enrique P. Mesa García dijo...

Y yo mientras recibiendo alumnos. Es usted un pequeñoburgués. POr cierto, ni me gusta La dolce vita, a partir de ahi Fellini se pierde, ni me gusta Tener y no tener, Demasiado feliz. Donde esté Casablanca

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