Kyoto I

. lunes, 31 de marzo de 2008
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Está pasado de moda II

. viernes, 28 de marzo de 2008
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Salgo a tirar la basura y me encuentro con Abdelkader. Buenas noches, buenas noches. No nos conocemos pero nos ponemos a hablar del tiempo. Hace buena noche, y mira qué luna, mañana entrará en cuarto menguante. La plaza está plagada de gente, africanos e iberoamericanos por el aspecto. Yo me llamo Abdelkader, y yo Eloy, encantado, igualmente. Los de aquí casi no habláis, pues te acabas de encontrar a uno que no para de darle a la húmeda, ¿húmeda?, que no paro de hablar en todo el día, pero si vais muy deprisa por la calle, eso es ahora y en esta ciudad pero antes éramos muy callejeros. Nos quedamos mirando hacia la plaza. ¿Tú eres musulmán?, bueno yo soy argelino, entonces igual que yo cristiano, ¿de Madrid?, de Salamanca pero llevo muchos años aquí.

Me despido de él porque me espera una tortilla de patatas para cenar. Creo que volveremos a vernos cualquier día.

Garcirrey I

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Se llega por una carretera estrecha y mal asfaltada. Las encinas, las vacas y los toros acompañan el camino. Una vez la recorrí en mi BH azul junto a mi hermano Juan, que iba en su Motoretta.
Cuando entras en el pueblo, a la derecha te encuentras el campanario y un frontón hecho sobre el muro de la iglesia. De frente estaba la casa donde nació mi padre, ahora derrumbada, y su portalón junto al que se sentaba Mere, que era un hombre muy curioso y que siempre te decía: "coño, jodío, coño, ¿y tú quién eres?" "El pequeño de Víctor, el de la sra. Isabel", le respondía yo.

La edad de oro

. miércoles, 26 de marzo de 2008
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Mientras el siglo XXI sigue su camino en la historia, yo estoy escuchando a Cat Power y se me ocurre que quizás no sea tan mala esta época. Como caliente todos los días, duermo en colchón de látex, veo películas en el dvd, tengo coche, guitarra, libros, muchísimos discos, ropa de sobra, ordenador… ¿Puedo decir que soy feliz? Además, Europa vive su momento más largo de calma, ya cayó el telón de acero hace mucho, el petróleo sube sin parar, la tierra se calienta, los países democráticos pueden extender la libertad por el mundo como si nada y yo puedo seguir consumiendo y consumiendo mientras trabajo para poder gastarme lo que gano. ¿Acaso no tengo motivos para ser feliz?

En un portal de mi calle duerme un vagabundo y en los árboles medio secos de la plaza han salido flores.

“Cuando el hombre se extinga,
cuando la estirpe humana al fin se acabe,
todo lo que ha creado
comenzará a agitarse,
a ser de nuevo,
a comportarse libremente
—como
los niños que se quedan
solos en casa
cuando sus padres salen por la noche.

Héctor conseguirá humillar a Aquiles,
Luzbel volverá a ser lo que era antes,
fornicará Susana con los viejos,
avanzará un gran monte hacia Mahoma.

Cuando el hombre se acabe
—cualquier día—,
un crepitar de polvo y de papeles
proclamará al silencio
la frágil realidad de sus mentiras.”

Ángel González

Está pasado de moda

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Para mañana me propongo ir despacio. Levantarme con calma cuando suene el despertador, pero con calma, ducharme, desayunar café con leche y unas buenas tostadas, lavarme los dientes, revolotear un rato por casa, meter las llaves en el bolsillo, ponerme el abrigo, colgarme la cartera, salir de casa… sería muy largo para un solo post y demasiado proyecto para un rato de relax antes de irme a dormir.
Continuará (o no).

Uf, yo hoy paso de escribir

. sábado, 22 de marzo de 2008
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Lentejas con chorizo

. viernes, 21 de marzo de 2008
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Ayer vi en la tele a una niña fallera llorando ante la hoguera alimentada por su falla. Me resultó curioso y muy interesante. En lo que a fallas se refiere soy un absoluto ignorante. ¿Lloraba la niña por la falla?, ¿lloraba por el fuego y su poder purificador?, ¿acaso lloraba por la llegada de la primavera? o ¿quizás por el final de un año de su vida? Yo mismo, el otro día, me sorprendí llorando ante un plato de bacalao. No sabría decir si lloraba de alegría ante lo que me esperaba o de tristeza por lo efímero de aquel precioso manjar.
Alegría, pena, amor, repulsión, miedo, cólera... todas ellas son emociones y, como tales, necesarias para desarrollarnos y conservarnos. Pero esto se le da mejor a Punset.
Lo mío son las lentejas con chorizo de primero, Lenine de fondo, como segundo una buena ración de Pessoa y para la sobremesa acojonarme con El resplandor. Nada mejor para rematar este banquete que una buena siesta, aunque eso es harina de otro costal emocional.

La edad oscura

. jueves, 20 de marzo de 2008
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Hoy me ha vuelto a funcionar el e-mule y he podido buscar canciones de Alela Diane. Me la recomendó Valeri-Ana el otro día. Recuperé también el valor de la conversación con los amigos, quizás fuera así por las vacaciones. Benditas vacaciones. “Bendito: dichoso (que incluye o trae dicha y felicidad)”.

El caso es que siempre me ha resultado más grato charlar que escribir; y ahora estoy aquí, frente a una pantalla, tecleando palabras, dándole a la cabeza en soledad. O quizás éste sea el nuevo bar de la esquina, el nuevo patio de Monipodio donde concretar los negocios del día. Cuestiones digitales (y verbales) que ya se irán resolviendo, digo yo.

Acabo de leer unas palabras de Alejandro Gándara prologando Otra vuelta de tuerca: “Internet, sin ir más lejos, es otro tópico medieval, en este caso, de corte nominalista. Si uno acierta con la dirección y con la palabra clave, cree estar en posesión de los contenidos [...]. Entre unas cosas y otras, cabe la posibilidad de que el mundo se esté yendo derecho a la edad oscura.”

Pues eso, que por el poder que me confiere el aire cibernético, declaro inaugurado este blog; para lo que sea, a ver si hacemos algo. Ale.

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